martes, 1 de enero de 2019

Fenomenología del vigésimo quinto sueño.



Fenomenología del vigésimo quinto sueño.

1.Encuadre y encaje.
  • Querer, el querer, es una forma abreviada de "querer bien".
  • Amar es literario o presuntuoso.
  • ¿Querer bien o amar a alguien son sinónimos?.
2. Fenomenología del vigésimo quinto sueño.

En Ciudadela, al zambullirme en el agua de la cala que hay cerca del puerto antiguo, revivo las mismas sensaciones de siempre al saberme en el agua del Mediterráneo. Son las ocho de la tarde de un día de los primeros de octubre. Tras mi salto he oído otra zambullida; cuando saco la cabeza del agua y me giro empiezo a nadar hacia atrás; creo que es mi mujer la que nada hacia mi, e intento alejarme para potenciar su forma de nadar si es que quiere alcanzarme. A estas horas de la tarde no hay nadie en el agua ni en la terraza del hotel; yo nado desnudo y libre, con la sensación de libertad que disfruto siempre en el agua del mar Mediterráneo, y espero que mi mujer haya decidido lo mismo.

Paro de nadar, para dejarme alcanzar. Está lejos, a unos quinientos metros. Floto, laxo, como una boya al vaivén del agua. A medida que se acerca deseo que llegue pronto, ya; su pelo no es su pelo, la forma de nadar no es la suya, su frente tampoco.No es mi mujer, a la que amo y quiero bien; no, solo la amo, porque querer tiene, creo, una connotación de posesión, y amar es una proyección hacia ella, para dejarme amar. Querer bien, o solo querer, connota tomar posesión; amar es estirar los brazos hacia la persona amada con resabios de entrega.

Cuando  llega a dos metros de mi y deja de nadar, lo confirmo, no es mi mujer, ni se le parece. Con descuido y disimulo, casi con desgana, empiezo a bracear lentamente para apartarme de su linea de natación. Retoma ella su forma de nadar y pasa de largo. Tomo el sentido contrario, hacia la escalerita para salir del agua. Me agarro a la escalerita y subo despacio los escalones, de uno en uno. Al llegar al último y con los pies en el agua, me giro buscando a la nadadora, y no la veo. Salgo del agua, me calzo las pantuflas, me seco la cabeza y la cara, mientras ando hacia mi habitación.

Madrid, 2 de enero de 2019